Consta la existencia de la ermita de San Pedro y San Andrés en documentación de 1705. En ella radicaba la cofradía del mismo nombre, cuyas reglas fueron confirmadas por el Obispo de Osma Don Sebastián Pérez el 30 de noviembre del citado año. Uno de sus estatutos decía: "Esta cofradía está aventada en la ermita de la vocación del señor San Pedro y San Andrés y está fuera de los muros de esta villa, cuya ermita deben los cofrades aderezar y reparar y en ella o en el altar del santo de la iglesia de Santa María se celebren las misas de cofradía". Se extinguió en 1820.