Santa Marina de Revilla aparece también documentada con el nombre de Revilla de Gumiel. En la documentación medieval aparece con el nombre de Ribellam, con el significado de ribera o altozano. La aldea de Revilla de Gumiel está situada aproximadamente a unos quinientos metros de Quintana del Pidio, sobre una pequeña colina junto al río Gromejón y al viejo camino que va de Quintana a Aranda de Duero.
Los orígenes del ahora despoblado de Santa Marina de Revilla se remontan al neolítico. En esa zona y en sus alrededores se han encontrado suficientes restos que corroboran la presencia de poblaciones neolíticas. En varios yacimientos arqueológicos se han hallado diversos útiles y materiales de industria lítica. Los útiles encontrados son de piedra tallada, la mayoría de ellos de sílex.
Se han encontrado también otros materiales de otras épocas: cerámica incisa campaniforme, objetos de cobre y restos de terra sigillata procedentes de la romanización. Próximo a Revilla también se ha localizado un túmulo funerario de época megalítica, en cuya superficie se encontraron materiales de industria lítica y un molino de mano.
Por Quintana del Pidio pasaba la calzada romana Ab Asturica per Cantabriam Caesaraugustam y desde esta calzada principal se desvían dos más pequeñas, ramales secundarios, que rodeaban a Revilla. En uno de ellos se ha encontrado una estela de procedencia romana. El puente sobre el río Gromejón que hay cerca de Revilla, entre Quintana y Revilla, aunque no aparece catalogado como romano tiene todos los indicios de serlo por su construcción.
La presencia humana durante la invasión árabe en este entorno nos ha llegado por las referencias documentadas sobre la toponimia. Ello se refleja en algunos términos como Pozo Morato, Vado o Pozo de Matamoros o La Cava. Un documento del Monasterio de Santo Domingo de Silos hace referencia a Revilla y alude a las guerras de reconquista.
Según el libro "España y Europa un pasado jurídico común" del Instituto de Derecho Común-Murcia (pág.185) la aldea llegó a ser de Gumiel de Izán porque la condesa de Elemburg la donó al monasterio de San Pedro de Gumiel de Izán en 1198.
Actualmente los restos que se conservan en el despoblado de Revilla son piedras de lo que pudieron ser antiguas casas y corrales, un muro de la iglesia en el que suele anidar la cigüeña y unas bodegas subterráneas enfrente de la aldea.
Algunos restos de la iglesia de Revilla están repartidos por otros pueblos cercanos como Aranda de Duero (una bóveda de crucería y unos contrafuertes en las esquinas trasladados a la parroquia de Santo Domingo de Guzmán), Gumiel de Izán (pila bautismal) o Quintana del Pidio (portada).
El Molino de Revilla, que forma parte de la Ruta de los Molinos de Gumiel de Izán, está antes de llegar a las ruinas de Revilla.