Gumiel de Izán, como Villa Real y Conjunto Histórico-Artístico, guarda una historia digna de ser contada y leída. Dado que gran parte de la historia de la Villa se encuentra en lo que ahora conforma el casco urbano, hace que la mayor parte de los puntos de interés se encuentren a lo largo de la Calle Real (la más larga de nuestro pueblo, aunque cuente con 550m de longitud), en la Plaza Mayor y en cada una de las calles secundarias guardan una curiosidad.

A continuación nos disponemos a recorrer el pueblo desde la punta norte a la punta sur, y en las siguientes líneas os acompañaremos narrando todo cuanto podemos apreciar en nuestro paso. 

 

Plaza Mayor

Amplia y de estilo "castellano", está rodeada de casas con soportales de variada construcción, alternando ladrillo y piedra. En las más típicas, del siglo XV, se pueden observar aún paredes de adobe y entramado de madera.

La Plaza Mayor es la encargada de dar cabida a la Iglesia de Santa María, la cual ocupa aproximadamente la mitad de esta, haciendo que sea considerada una de las más amplias de la diócesis de Burgos.

En uno de los soportales de la Plaza se encuentra la casa en la que residió y estudió Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores o Dominicos. Tras haber nacido y residido en Caleruega hasta los 6 años, viene a Gumiel de Izán a ser criado y educado por su tío, el entonces Arcipreste Don Gonzalo de Aza, hasta los 14. Es entonces cuando marcha a la Universidad de Palencia para finalmente ser ordenado sacerdote y marchar a hacer las Europas. En el exterior podemos observar una placa que lo conmemora.

 

Iglesia de Santa María

Construida entre los siglos XIV y XVII, en su exterior se pueden apreciar las diferentes épocas de construcción. La gran portada dela facha sur, de estilo renancentista apuntando ya al barroco clasicista, fue finalizada en el 1627.

En su interior, de estilo gótico tardío y como monumento principal, encontramos el altar mayor de principio del XVI, que se encuentra en la cabecera de la nave central. Adornan esta majestuosidad otros grandes altares dedicados a San Pedro, Santiago, Santo Domingo de Guzmán y la Virgen del Rosario, además de contar con una capilla dedicada al Cristo de la Paciencia y una antigua capilla reconvertida en Museo.

 

Ermita de San Roque

La ermita está dedicada a nuestro patrón, San Roque. Su festividad es celebrada el día 15 de agosto cantando la salve y bailando la jota en honor al Santo.

En su exterior podemos observar la arquitectura de Juan de Arteaga en 1597, quien fue discípulo de Juan de Juni. El estilo que predomina en la misma es románico, como podemos apreciar en la portada. En su puerta podemos encontrar una placa que nos habla de su interior y nos muestra una fotografía de la joya que guarda dentro, su altar de estilo barroco.

Constituye una de las veinte ermitas que ha tenido Gumiel de Izán a lo largo de toda su historia, y posiblemente constituya la más pequeña de todas ellas. con medidas de 28 m. de largo, por 6 o 7 m. de ancho.

 

Arco de los Mesones

Encontrándonos en el punto más norte del casco urbano, vemos frente a nosotros el Arco del Palacio, Arco de los Mesones o Arco del Matadero. En la época medieval, Gumiel era un pueblo totalmente amurallado que contaba con 5 puertas de acceso a este, y ante la que nos encontramos, la única que aún se conserva, posee una inscripción que data de 1786, aunque ha sufrido alguna que otra remodelación.

Esta daba, y da, inicio a la Calle Real, antiguamente conocida como Camino Real, ya que era el trayecto que seguían los Reyes en su tránsito hacia Madrid. El resto de puertas de acceso se denominaban como: Cantarranas, Malpica, Colladillo y San Juan.

 

Calle Real

A lo largo de esta calle encontramos casas de piedra blasonadas con escudos de armas e infinidad de bodegas particulares que horadan el suelo de la Villa, comunicadas entre ellas.



Palacio

Llegamos a la Plaza del Palacio, denominada así porque la casa más grande que vemos aquí situada era un antiguo palacio, concretamente del señorío al que pertenecen el blasón que en su fachada aún se conserva; Los Duques de Osuna. Este señorío estuvo presente en Gumiel desde el siglo XV hasta el siglo XIX.

Una plaza espaciosa, donde en verano será de las más adecuadas debido a la terraza de “El Bar Palacio” y la tienda de ultramarinos “La Despensa del Palacio”. Encontramos a nuestro paso un nuevo bar, el bar Roma, y enfrente de este mismo, una antigua tienda de telas, de ganchillo y todos los enseres necesarios para llevar a cabo esta actividad, además de trajecitos para bebés y patucos. Si tenemos suerte y las persianas están abiertas podremos ver cómo su dueño lo adorna dependiendo de la época del año. Un poquito más arriba encontramos a mano izquierda la pescadería Hermanos de Domingo, donde podremos encontrar además de tal género cualquier otros enseres necesario para la alimentación o cuidado del hogar. Enfrente de esta encontramos el Bar Vicente, reconocido también por su toldo de establecimiento de Loterías y Apuestas del Estado. Dos pasos más adelante de este, en la misma acera, vemos un nuevo blasón, esta vez es el del señorío de los Ordoñez (siglo XVI).

Si seguimos adelante podremos seguir observando las maravillosas fachadas que se conservan en el pueblo, todas cuidando el mínimo detalle de lo tradicional. Unos pasos antes de la Plaza dedicada a Maximino San Miguel de la Cámara, en este caso en la acera izquierda encontramos una tercera casa con blasón, esta vez perteneciente al linaje de los Tejada (1740). En esta casa se dice que los Duques de Osuna daban hospedaje a los Reyes en su tránsito hacía Madrid y Toledo.

 

Restos de la antigua muralla

En este punto de la Calle Real, el más al sur del casco histórico, apreciamos los pocos restos de la muralla que nos quedan. Desde este punto, también podemos ver el pilón, el cual (como el del Barrio de la Mina) sirvió como abrevadero y como zona de lavado de ropa.

En esta posición, somos capaces de observar donde antiguamente se situaba el Castillo, dirección Villalbilla de Gumiel y Caleruega. Podemos seguir esta carretera en la misma dirección y ascender a las ruinas Atalaya para poder observarlo.

Además, desde ese punto tenemos una increíble vista que ofrece una visión global del pueblo y desde donde se puede apreciar el cambio de color del campo en las diversas épocas.

 

Ermita de la Virgen del Río

Esta ermita hace referencia y guarda a la que es patrona de nuestra Villa, la Virgen del Río. Construida en 1631 sobre una ermita románica por los maestros cántabros Pedro y Tomás Regata Agüero, se alza hoy en día una planta de cruz latina formando una única nave, la cual se halla cubierta por un cimborrio de tipo cuadrado, cubierta a cuatro aguas y protegido por dos contrafuertes a cada lado.

 

En su altar mayor, obra de Martín Martínez y con policromía de José Martínez de Ollora, se encuentra la talla de nuestra señora. Pese a ser una figura de las llamadas “vestidas” es de muy buena mano, y la más venerada por los gomellanos. A los brazos de la cruz de esta planta, a la izquierda podríamos observar el altar dedicado a Cristo (con un Cristo restaurado en el 2018 que lleva al hombro la cruz). Esta imagen procesiona en Semana Santa de la mano de la cofradía de la Santa Cruz acompañando a la Virgen La Dolorosa y al Cristo Yacente, imágenes que encontramos en la Iglesia.

 

En el altar de la derecha encontramos a San Isidro Labrador, sobre un altar decorado con figuras de bueyes y espigas. Adosado al edificio, se encuentra el antiguo cementerio (hoy en día en desuso) donde fueron trasladados los restos de quienes en un principio fueron enterrados en el interior de la Iglesia.

 

De gran interés es la fiesta dedicada a La Virgen del Río el día 8 de septiembre (Natividad de Santa María). A las 00.00 horas de dicho día, los gomellanos acudimos a su ermita donde cantarán la salve y bailarán la jota dedicada a ella. Alrededor de las 12.00h de dicho día tiene lugar la misa y se procesiona alrededor de la ermita bailando la jota con la imagen de esta delante de todos. En este mismo mes comparte festividad con los santos mártires y el Santísimo Cristo de Reveche.

 

Barrio de la Mina

Regresando del paso a la Ermita de la Virgen del Río, encontramos a mano izquierda una pequeña calle que nos lleva a uno de los barrios más emblemáticos del pueblo, el Barrio de la Mina.

Su denominación nos puede llevar a pensar que antiguamente se situaba una mina de carbón a cielo abierto, aunque bien es cierto que en estas zonas esa profesión no abundaba. En cuanto a lo que actualmente vemos, este barrio, decorado con un pilón que antiguamente servía como abrevadero para los animales, ahora se encuentra acompañado por bancos y mesas donde poder celebrar un pic-nic.

Además, como se ve en una de las placas que lo adorna, fue un barrio condecorado con el primer premio de conservación y embellecimiento en 1994 por la mejora de nuestro pueblo, por su decidida labor en el cuidado y respeto de su entorno.

 

 

Plano turístico

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