RUTAS
Localidad: Gumiel de Izan
ACCESO: De Burgos por la N-I hasta Gumiel de Izán o
desde Aranda de Duero por la N-I hasta la misma población, sobre el cauce del
río Puentevilla y entre la Ctra. de Gumiel de Mercado y la antigua Ctra.
general (carretera cortada) se inicia la ruta con el molino de Malvecino.
DISTANCIA: 10
KMS.
TIEMPO DE MARCHA: 4
HORAS
DIFICULTAD: BAJA
DESCRIPCIÓN DEL
RECORRIDO: El molino de Malvecino, está circundado por
las tierras de regadío de La Huera, está totalmente abandonado aunque hace poco
fue adquirido por nuevos propietarios. En su parte final se puede apreciar una
represa construida con bloques de piedra, para aumentar el volumen de agua que
se almacenaba.
Partiendo
de la carretera cortada se cruza por un túnel debajo de la autovía que transita
paralela a la misma hasta coger el segundo camino a la derecha, camino de la
Zabarra que va directo al molino del Suso, en el cruce con el camino que
llegaba de Narejo a mano derecha se aprecia un palomar construido de adobe, de
forma cuadrangular y tejado a una sola agua.
Pasado el palomar se entra
en una explanada, con tenadas para guardar aperos, que cerraban para convertir
en corrales. Al pie de unos altos chopos existía un estanque y de éste salía
una regadera. Al fondo se halla el cauce que tomaba sus aguas del río Gromejón.
El molinero recorría frecuentemente las riberas con un "dalle" para
limpiarlo de juncos, hierbas y maleza que pudieran obstaculizar el agua. Todavía
se puede observar el arco de medio punto formado por sillares de piedra. A
pesar de que no llega el agua es un sitio fresco y sombreado. Enfrente de la
puerta de la vivienda existe una fuente construida en piedra. Se puede apreciar
la distribución de los espacios destinados a la molienda se compartían con los
destinados a vivienda .
Siguiendo
camino hay que cruzar el río el Gromejón por el puente llamado Trasal que se
bifurca con otros caminos que van al monte o a las tierras de labor. Este
puente estuvo bastantes años derruido, siendo obligados transeúntes, carros y
tractores a dar un rodeo importante. Algunos árboles dan algo de sombra al
camino, y los sembrados se alternan con las viñas, que ocupan la parte de la
vega del río.
El molino
de Vegarrasa aunque abandonado todavía conserva parte de su maquinaría y se
puede apreciar la situación del cauce debajo de este.
Atravesando
por las orillas las tierras de labor llegamos, ya teniendo enfrente el pueblo
de Quintana del Pidio, al molino de Revilla. De este solo se conservan algunas
paredes, estando totalmente derruido el primer piso. Construido en adobe y
piedra todavía puede apreciarse la bóveda, con dos ruedas. El molino estuvo
hasta finales de los años cincuenta o principios de los sesenta. Buen lugar
para descansar a la sombra de los chopos de la ribera antes de completar el
camino y acercarse hasta el cerro vecino donde en otro tiempo se encontró el
poblado de Revilla. De la iglesia sólo queda ya un poco de su pared, pero si
miramos hacia el sur podremos observar todavía la existencia de tres zarceras o
entradas a las bodegas situadas enfrente de lo que fue el pueblo y orientadas
al norte. Desde el cerro pude verse, casi al alcance de la mano, el pueblo de
Quintana con la expansión de sus nuevas bodegas que miran al río.
La vuelta
se realizará por el camino que pasa por el Árbol Santo, a donde, en otro
tiempo, alguna cuadrilla acudía a merendar, a pasar la tarde o incluso a asar
unas chuletas.
FLORA Y FAUNA
Es fácil observar rapaces diurnas, como ratoneros, milanos,
cernícalos y gavilanes. En primavera durante todo el camino podemos ver unos
pájaros con los colores del arco iris llamados abejarucos, que establecen sus
nidos en oquedades de los ribazos.
Entre los
mamíferos la liebre, el corzo, el conejo, el zorro y el jabalí. El reptil
característico de la zona es el lagarto.
La
vegetación en algunos tramos es la típica de ribera: chopos, fresnos,
sauces, matorral...